Oh… Shit — Tramas

Awful Relief

Cuando Sebastian estudiaba en St Peter, se le consideró un intruso, un impostor. No se le trató bien, pero hubo una persona que le hizo la vida especialmente difícil, incluso cuando se ganó un lugar en la casa de Abel le siguió mostrando su desprecio.

Sebastian no olvida, ni perdona ninguna de las afrentas que le hicieron en aquellos tiempos. Cuando se enteró de que un familiar de tan odiada persona se encontraba estudiando en St Peter, todas sus ansias se reunieron con la pueril idea de vengarse de esa persona a través de su pariente.

Para su sorpresa, todos sus aguijonazos eran devueltos, y cuando se quiso dar cuenta el alumno/a y él estaban envueltos en una relación de desfogue verbal. Cada vez que uno de ellos necesita insultar, despreciar o gritar a alguien, busca al otro. Una vez han quemado todas las brasas del mal genio, se van cada uno por su lado, descargados y felices.

Y es que hay quien si no despotrica, revienta.




El despacho de Sebastian sólo es un escenario. Pero es ¡su! Escenario, y por tanto no se toma nada bien el hecho de que un día, tras volver de una larga sesión de tortura clase, su despacho pareciera la escena de una catástrofe natural. Peor aún le sienta averiguar que ni siquiera era el verdadero destinatario de tal demostración de odio. El profesor al cual están destinados los insultos garabateados sobre los cuadros, ni siquiera tiene algo que ver con la asignatura que él imparte.

Después de tanto esfuerzo por ser el hombre de las pesadillas de sus alumnos… En fin, ya encontrará al autor de los hechos y le dejará muy claro lo que opina de la expresión artística de furia en la que convirtió su despacho. Oh si, muy claro.




A veces Sebastian odia la tecnología. Tener un email para recibir una cantidad obscena de spam no le parece útil bajo ningún concepto. Ni siquiera sabe que le llevó a abrirse un correo privado, si la mayoría de sus comunicaciones son por teléfono.

Pero un día abre un email que le llama la atención, y sonríe como un tiburón. Esta lleno de fotografías en poses sugerentes, que obviamente iban dirigidas a una persona con una dirección de correo muy parecida a la suya, y resulta que reconoce a la persona de las fotografías. Es un alumno/a de St Peter, que pronto va a tener una charla que habría deseado no tener jamás.

No hay ninguna intención de que esta trama se convierta en algo romántico o sexual. Será más parecido a una charla de sexo con tu padre, si tu padre tuviera cuernos y pezuñas.

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