Un, dos, tres... ¡Un pasito pa' lante María! + tramas.

En todas las escuelas está. Se trata del típico ligón, galán fallido, gañán con la boca llena de palabras bonitas que están vacías de significado. Ese que, en realidad, de príncipe no tiene ni el corcel; que va montado en el burro y no se apea para nada. Que lo único que quiere es follarse a unas y a otras e ir subiendo el contador de chicas a las que ha conquistado. Y se encontró con Patty, el chicle en su zapato, la que es totalmente inmune a sus encantos de pitufo mal pintado y con la que se ve frustrado. Porque le tiene calado, sabe de qué pie calza, y su intención es descubrirlo ante el mundo cómo el mentiroso empedernido que es, ese que vende una imagen que no se corresponde con lo que lleva por dentro. Se llevan más mal que bien, todo hay que decirlo, y su historia tiene pinta de acabar de forma bastante estrepitosa. Porque ya nadie necesita a un salvador. Podemos salvarnos nosotras solitas, gracias.


La sangre caliente corre por las venas de esta morenaza. Que quizá no sea sangre azul, ni rosa, ni verde, pero es la que le da la vida. Y cómo de vida sólo hay una, ha decidido transmitir su pasión por el baile a esas personas que quieren disfrutar de la misma sensación; esa sensación de libertad cuando mueves el esqueleto, cuando te agarras de tu pareja y empiezas a dar vueltas de un lado para otro cuál peonza desbocada. Así es. Clases de bachata, salsa, samba y cualquier cosa que se le cruce por la cabeza. Que un día aparece con Ricky Martin, al siguiente con Joe Cocker, Tom Jones, Los Lombos, David Civera o Romeo Santos. ¡Venga, zagales, vamos a menear esas caderas! Quiero ver vuestros cuerpos serranos moviéndose al ritmo de los grandes éxitos. ¿El único requisito? Estar un poco loco, y tener muchas ganas de pasarlo bien, hacer el tonto y liarla cardiaca.


El vino me traicionó. Lo que pasó, realmente, es que se montó la de Dios. En una discoteca, de noche, con varias copas de más una muchacha de cabellos largos y ojos verdes lo daba todo en la pista, al grito de que era una diosa de la danza y del sexo desenfrenado. Y apareció esta persona, una persona que se atrevió a enfrentarse a ella — no en plan agresivo, sino para pasarlo bien — en un reto de baile. La cosa se les fue de las manos, acabaron encima de la barra sin camiseta y despertaron a la mañana siguiente, tirados en un banco cualquiera y con un dolor de cabeza de esos que sabes perfectamente que significan un funeral neuronal. Y de ahí surgió algo extraño, una especie de confianza poco usual.


La morena suele generar dos polos opuestos entorno a ella; o la adoras, o no la soportas. En este caso es la segunda opción, se trata de alguien que no la traga por X o por Y motivo. Simplemente su forma de ser no encaja con la de esta persona, y se tienen la guerra declarada de forma pública. Es verse y sacar las uñas, el lanzallamas y toda la artillería posible. Sin motivo, un simple roce puede acabar en una enorme bronca que suele llevar a palabras mayores e incluso a algún que otro tortazo que vuela. De esas relaciones de hay una ostia volando, y tienes cara de aeropuerto.



Sí, más tramas aún... Pues eso, que ahora mismo tengo los dedos más fríos que un iglú con ventanas y no me da para más, pero próximamente subiré tramas para que todos podáis quererme y yo a vosotros, y hagamos locuritas juntos. Besos around the world, y cualquier idea siempre es bien recibida, muchachos y muchachas. ¡Venga, eu sou brasileira!

respetar el derecho de admisión, porfaplis.